México es un país donde la gastronomía parece inacabable, los sabores intensos y explosivos están a cada bocado. La cocina de flores está presente en nuestra cocina además de la parte de medicina tradicional por su sabor suave y sugestivo, sus notas aromáticas y sus colores intensos.
Las caléndulas, el clavel, la manzanilla, los crisantemos, la flor de calabaza, las flores cítricas del naranjo, del limón y de la toronja, el diente de león o el eneldo, las margaritas, el hinojo, la lavanda, las rosas, el girasol o las violetas y muchas más se presentan en nuestra dieta, ahora las presentan en brotes pero se comen por sus características picantes o especiadas, suaves y deliciosas.
Las flores hacen que los platillos se vean como parte de una pintura y en nuestro paladar crean este efecto de sensualidad que se disfruta de manera especial que nos hace sentir románticos, conquistadores y conquistados.
Se preparan con vegetales, en ensaladas, con carnes, se hacen salsas con ellas, aderezos, en postres, en infusiones, es algo muy versátil.
El incluirlas en nuestros platillos como un elemento activo y no solo por ornato, enriquecerá y se estará rindiendo tributo a la gastronomía de flores de nuestra cultura añadiéndolo en su forma tradicional o contemporánea.
La cocina de primavera esta vinculada con estos elementos y las flores forman definitivamente parte de nuestro legado gastronómico-cultural y parte de la verdadera cocina prehispánica.
Así que a comprar unas cuantas flores orgánicas comestibles y buen provecho.
IMPORTANTE
Algo en que se tiene que tener cuidado es que no todas las flores son comestibles, algunas incluso se consideran venenosos pues causan intoxicaciones severas. La dafne, la dedalera, el narciso o el Jacinto, por ejemplo. Procuren asegurarse que se pueda comer
EDUARDO LUCERO
TU CEVICHE
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